Leyenda de A Lagoa de a Serpe en A Veiga

En la noche de San Juan, al amanecer y antes de que salga el sol, aparece una hermosa dama de largos  cabellos color azabache, los que peina con cuidado, sentada en una peña raída por las aguas de la laguna. Esta dama está triste y pensativa. Lleva infinidad de años apareciendo en este mismo lugar, esperando […]

En la noche de San Juan, al amanecer y antes de que salga el sol, aparece una hermosa dama de largos  cabellos color azabache, los que peina con cuidado, sentada en una peña raída por las aguas de la laguna.

Esta dama está triste y pensativa. Lleva infinidad de años apareciendo en este mismo lugar, esperando a que un caballero soltero se arriesgue a liberarla de su hechizo.

Hace ya bastante tiempo se prestó voluntariamente un chico del pueblo de Xares con el fin de hacerse rico deshechizando a la hermosa dama, y con este fin en la noche de San Juan se acercó a la laguna y entre el chico y la bella dama se entabló el siguiente diálogo:

-Mira, Pepe: se que eres valiente y arriesgado, y por lo tanto confío en ti. Yo, al salir el sol, desapareceré en esta piedra y me convertiré en serpiente. Atravesaré la laguna y cuando me acerque a ti, escupirás en mi boca que traeré abierta, y así volveré a ser lo que soy ahora, desapareciendo el hechizo. Si no te atreves, vete, ya que de esta forma no sufriré.

-Mira, mujer: le contestó Pepe – soy un hombre probado y no tengo miedo, y si vengo aquí, es para deshechizarme y casarme contigo.-

-Este es el premio que tendrá el que logre mi desencantamiento, así como enormes riquezas que atesoro a través de muchos años y el Reino que me corresponde.

En este momento comienza la salida del sol, desaparece la dama y aparece una enorme serpiente que con sus silbidos “facía temblar o`teso” (palabras textuales del narrador), lo que impresionó demasiado a pepe, que sin acordarse de su valentía, huyó despavorido sin atreverse a efectuar el desencantamiento.

 (Esta leyenda fue recogida por D. Eduardo Ávila Bustillo en 1965, según relato de un (testigo presencial de los hechos, que en este año vivía en la Veiga). 

Deixa unha resposta

O teu enderezo electrónico non se publicará Os campos obrigatorios están marcados con *